lunes, 19 de septiembre de 2011

Bienvenid*s de nuevo al mundo, ¡Paz no hay más que uno!

Al final, como el asesino o el solitario, siempre doy vueltas en círculo y regreso al punto donde goteó la sangre.
Me fui del blog con un sabor agridulce, estaba deprimido, ahora no negaré que vengo con el sabor de Chiapas y Oaxaca en el cuerpo. Parezco comercial de turismo:
Ay qué linda está esa parte de México que, pese a estar enmierdada como casi todo el país (agentes del Instituto Migratorio, soldados, hampones, pobreza, mucha sangre, marginación, políticos…), todavía se disfruta, pero eso sí, como si te hallaras en una celda cada vez más reducida pues poco a poco el México lindo, señoras y señores, desaparece. 
Calderón al paredón. Y Peña Nieto a la picota. Anarquía y un México distinto para cada día. J
Llego a la Ciudad Hormiguero y vuelta a empezar: sin un peso en el monedero, sin casa estable, o sea inquilinando la choza de una cuata, sin trabajo: nada nuevo por unos billetes, mas con un montón de proyectos guionísticos y escriturales en la cabeza; ojalá se materialicen algunos, al menos uno, pues algo hay que inventarse pa’ sobrevivir.
Pero antes de irme de vacas, como dije, estaba medio depre, con cierta crisis creativa, inspiro-laboral quizás, crisis de Fe. Posiblemente era cansancio. Necesitaba largarme por un tiempo, desaparecer. Había sido el cumple del inquilino y necesitaba airearme… Ahora, dejémoslo en que seguimos con el blog adelante y avanzando.  
Sólo una cosa: por primera vez en mi vida revisé por qué estaba haciendo lo que estaba haciendo, me refiero a seguir con este espacio de opinión e información sobre guión. Y recordé una película: aunque le suene cursi a much*s, hablo de Fresa y Chocolate. ¿Por qué?
Porque en los años noventa, cuando yo era poco más que un joven a punto de estudiar algo supuestamente más serio que la prepa (el cou en Aspaña) o sea, a punto de entrar por primera vez a la universidad, esta película me influyó tanto que decidí ser actor y estudiar Arte Dramático. En concreto, la interpretación de Jorge Perugorría está a la altura de un Marlon Brando caribeño, incluso más guapo dirían las chicas de mi generación. Y la historia, o sea, el guión de Senel Paz, (basado en su propio cuento) es una pieza sobresaliente en la evolución de la literatura sureña, todo un Tennessee Williams antillano o una Flannery O’Conor de corte habanero. Ahí lo dejo pa’l que lo entienda.
Se nota que una de mis influencias latinas fue Fresa y Chocolate, ¿no? Pues aproveché el contacto que hice con Senel en el Encuentrode Escritores, y me concedió la venía de entrevistarle. Aunque sé que algun*s van a volver a tacharme de chavo de secundaria o bachillerato que entrevista a quien admira, que se jodan. Que no me lean y se vayan a la verga.
Que no, que es mentira, que no se vayan ni a la verga ni a ningún otro sitio donde no quieran, disculpen la subida de tono, ¡esto es una bienvenida en la cara! Que uno humildemente va aprendiendo y hace lo que puede. Y sigan leyendo éste su blog, aquí no cortamos cabezas ni nada parecido. Eso lo hace la policía y el ejército con el pueblo Mexicano y compañía. El inquilino y yo, estamos del lado de los migrantes que atraviesan este país, y de nadie más.

¡Entrevista a Senel Paz, sin hoz y sin martillo!

Senel, pasan los años y Fresa  y Chocolate no envejece, ¿cómo se logra eso? ¿Cuál es el secreto, es suerte?
Gracias por tus palabras amables. Creo que si un artista conociera el secreto para que las cosas le salgan bien, lo repetiría en cada ocasión. Es un misterio según el cual mezclas agua, azúcar y limón y no siempre te da limonada.
En toda obra nueva hay riesgo nuevo, incertidumbre, apuesta, nada te salva del desasosiego en tu próximo trabajo, nada te garantiza que será exitoso porque el anterior lo fue. Pero el éxito no es el propósito principal de la obra de arte. Lo es en la obra comercial porque aplica fórmulas y es lo único que le importa. En todo caso, lo que uno conoce es el camino: la verdad, la honestidad, el trabajo. Luego el éxito llega o no llega, o llega cuando menos lo esperas o lo mereces.
 A raíz de conocernos he visto tu filmografía y me sorprende la gran variedad de historias, de géneros y de terrenos. ¿Te da miedo que te encasillen, o temes a la especialización?
A mí me importa mucho, sobre todo en el cine, la comunicación con el público, o mejor aún, la interacción, que una película sea un diálogo. Pero fuera de eso no me intereso demasiado en lo que hacen los demás con mi trabajo: si lo clasifican, si lo aprueban, si lo desaprueban, si lo encasillan.
Uno debe trabajar según sus propias necesidades y angustias, ésa es la manera de ser sincero y auténtico, para uno y para el público, aunque a éste no le guste el resultado del trabajo. Atiendo la opinión de la gente –incluida la de los críticos cuando estos son serios, cuando hacen una crítica culta--  porque te sirve de aviso, de estímulo.
El buen público desea que el artista crezca y suele presionarlo en ese sentido, y esto es bueno; lo malo es la zona del público que quiere que hagas más de lo mismo. La sensación de que comienzas a provocar cansancio en el público puede funcionar como alerta y devenir en un estímulo para nuevas búsquedas, para sacudirte, para renovarte.
En tu tarjeta de visita se lee: Vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, ¿por qué en Iberoamérica la carrera de guionista se halla siempre tan ligada a la política?
Independientemente de que considero que haber aceptado ser vicepresidente de la UNEAC ha sido un error de mi parte, dado mi carácter y mi estilo de trabajo, ni mi motivación ni mis propósitos en esta tarea son políticos. Esto, si aceptamos el principio de que la política no lo es todo, difícil en el caso cubano. Son los políticos quienes todo lo transforman en política, no el ciudadano común, y sobre todo los malos políticos.
Trabajar para mejorar las leyes que se relacionan con los artistas –como las de derechos de autor, las de impuestos y de seguridad social, por poner ejemplos-, promover el diálogo inter-generacional, intentar borrar o al menos desdibujar las fronteras entre el arte cubano que se hace dentro y el que se hace fuera, y procurar publicar en Cuba el mayor número de obras de autores de mérito que trabajan fuera, o apoyar el cine joven, no es para mí un activismo político sino cultural.
Me gusta trabajar desde la cultura y pensando en la cultura. “Hay muchas más cosas que hacer que simplemente escribir”, decía la escritora norteamericana Grace Paley. Los amigos mexicanos que se dedicaron a concebir y organizar el encuentro de guionistas en el que nos conocimos, y al que dedicaron un tiempo y esfuerzo preciosos de sus vidas y de su trabajo, no me parece que por ello sean políticos, pero sí han realizado una acción cultural de mérito internacional.
Tampoco pienso que un artista esté obligado a dedicar parte de su tiempo a algún tipo de activismo cultural, político o social; su deber principal es con su propia obra y ésta puede ser la manera más efectiva de hacer algo por los demás, pero a otros nos resulta interesante y estimulante y hasta una necesidad.
¿Qué opinas de Hollywood? ¿No envidias nada? Estoy seguro que Fresa y Chocolate debió abrirte alguna puerta en la industria from USAme…
La verdad es que nunca pienso en Hollywood. Queda en Estados Unidos y yo vivo en Cuba y en Latinoamérica. Tiene que ver con la fama, aunque Hollywood no es solo eso; también es cine, por lo menos de vez en cuando. Supongo que no se puede reducir Hollywood a sus defectos más visibles.
Sé que eres amante de las cenas, las invitaciones a encuentros de escritores, todo lo que implica la buena vida del guionista, ¿podrías vivir sin ello?
¿Yo amante de las cenas? Solo soy aficionado a las comidas, y más que a la comida, a las mesas y los ambientes y la cultura culinarias, incluyendo las sofisticadas pero sobre todo las populares.
La comida como manifestación cultural.
Hay mucha vida e historia en la comida y en el comedor. De todos modos, mis cenas preferidas son las que tienen lugar entre dos. ¿A qué te referirás con eso de la buena vida del guionista? No conozco esa vida. El guionista tiene su momento mientras está trabajando: el director lo trata bien, el productor lo invita a cenas y demás; pero en cuanto entregue el libreto se acabó. Y hay muy pocos encuentros de guionistas en el mundo. Este de México ha sido una excepción y creo que el mejor de todos a los que he asistido, con unos organizadores muy sacrificados y maravillosos, que lograron preverlo casi todo y regalarnos unas jornadas hermosas y útiles.
Más frecuente son los encuentros de escritores, pero no son mi fuerte. En realidad no me gusta mucho hablar de literatura, y mucho de mi obra y  en días prefijados. En todo caso prefiero escuchar. Con los escritores que más hablo es con aquellos que son amigos míos, la conversación fluye porque somos amigos, y el tema de la literatura aparece porque somos escritores.
¿Qué estás escribiendo a día de hoy?
Un guión, pero sobre qué, para quién y el género, es secreto. Un género nuevo en mi carrera, te adelanto eso. Y en un libro. Este no es secreto pero no sé explicar de qué trata un libro. Y tampoco una película. Tomás Gutiérrez Alea siempre me decía en relación con Fresa y Chocolate, “Por favor, tú no cuentes la película que cuando lo haces parece muy mala”. Yo no nací para hablar.
Una pregunta clásica: ¿hace falta estudiar en una escuela de cine para ser guionista?
No. Yo mismo, por ejemplo. Pero ayuda, porque las escuelas de cine han perfeccionado sus programas, hoy son muy buenas, muy abiertas y muchos profesionales de muy diversas tendencias tienen la generosidad de brindar en ellas su experiencia, y porque el intercambio con profesores y otras personas que también quieren ser guionistas es siempre provechoso. Se puede llegar a ser guionista de forma autodidáctica, pero no sin cultura, sin estudio, sin esfuerzos, y las escuelas de hoy en día ayudan a conseguirlo sin dogmatismos ni esquematismos.
Y otra pregunta también clásica: ¿qué consejo das al escritor que se inicia en el oficio?
Leer, ir al teatro, ver cine, exposiciones, escribir. Y por supuesto vivir y observar nuestra vida y la de los demás. Tener la oreja siempre atenta. Atender al trabajo de los actores.
Carlos Cuarón dijo hace poco que en Latinoamérica no se podía vivir de escribir guiones, ¿qué opinas tú?
Que tiene razón, lamentablemente. Eso significa que todavía no se entienden bien las cosas, que el valor y la función del guión no es bien comprendida.
Haznos una propuesta para mejorar el panorama guionístico iberoamericano…
Escribir más, leernos y relacionarnos entre nosotros, tener presente que el guión es un género difícil y artístico. Convencernos de que el guionista es un escritor.
¿Cómo ves el futuro de la profesión?
Le veo futuro. Me parece que habrá guión para rato.

Y en el inquilino guionista, querid*s lector*s, estaremos para contarlo.
¡Bienvenid*s a la segunda temporada!

8 comentarios:

esteban uyarra dijo...

Gracias, muy bueno Inquilino

El inquilino dijo...

Celebro que le guste, don Esteban. :D

Itzel Enciso dijo...

Quizá no escribí en el último artículo del ciclo anterior que agradecía mucho la luz que me dieron varias de las entradas del blog, ahora lo hago, pues así ha sido. Me alegra mucho volver a leer al INQUILINO GUIONISTA, el cual, para seguir honrando su nombre permanece de inquilino.
Buen regreso con la entrevista a Senel Paz y como alguna otra vez, leo en la madrugada y apunto. Me armo mis propias reglas, ideas, ocurrencias y se van transformando según el momento y el caso.
Me emociona leer lo que dice sobre el éxito, que no es el propósito de la obra de arte. Si ocurre creo que es consecuencia de la honestidad y congruencia con la que se crea. Y en esta congruencia parto de la vida, porque se pueden separar muchas cosas en el proceso de creación, menos la vida y todas sus implicaciones. Negarla, me parece quitarle alma a lo que se está haciendo.
Considero tan importante escuchar al otro, incluso cuando no estoy de acuerdo. En los detalles puedo encontrar soluciones, alternativas o ver algo que estaba ahí, esos avisos de los que no me había percatado. Creo que se trata de mantener equilibrio entre tus pensamientos pero tener la flexibilidad de mezclar el pensamiento con el otro, reaccionar (no violentamente,,, no necesariamente) a lo que te está diciendo.
Sigo creyendo que la escuela te da una técnica que te ayuda, pero no es fórmula. Y el conocimiento se amplía en otras áreas, leer, teatro… pero sin duda, descubrirte más allá de lo aparente, mirar a quien está a tu lado y develar un poco de su historia, observar la organicidad de las relaciones, el contraste, lo contradictorio de todo, te enseña y muestra un nuevo modo de percibir la realidad, y altera tu forma de crear, reinventar, reconstruir tu “método”.
Y si las historias deberían reinventarse, y si las historias podrían descubrirse y dejar de repetir, también así la vida.

Itzel Enciso

Anónimo dijo...

bienvenido de vuelta y creo que entrevistar a los que se admiran no es de secundaria es de gente real que sabe reconocer y admirar a alguien. y el resultado: material enriquecedor como el que acabamos de leer :)
pd ah y los narcos también cortan cabezas... al final sean del ejército o narcos la realidad es que es triste la situación de tan bonito país...
viene bronceado inquilino ? un abrazo !

rgb78

El inquilino dijo...

Hola Itzel, hola rgb78, qué gusto encontrarlos de nuevo por aquí. Si la disposición es buena y el interés variado, vamos a vernos muchas veces más. :D
Pd: Mirar al que está al lado de uno, es la clave perfecta para encontrarse.
Pd2: más que bronceado, escamado como un lagarto.

Anónimo dijo...

Qué gran entrevista, y qué motivadora! Gracias inquilino, y bienvenido de nuevo, te echábamos de menos!

Zahir Schwartz dijo...

Qué bien lo de las vacaciones. Felicidades por el compleaños del Blog. Muy aportadora la entrevista. En cuanto a lo del contexto politico y social en el que nos vemos envueltos, ya lo dijo Borges en alguno de sus cuentos "Nos tocó vivir en tiempos difíciles, igual que a todos los hombres" (no recuerdo la cita textual, pero la idea es esa). El enmierdamiento que mencionas es muy antropogénico y la ignorancia es la principal plaga que mantiene las cosas así. La ignorancia que permite que la gente se destruya a sí misma y a los demás.
Y una vez más, instrumentos para combatir la ignorancia son la comunicación y la apertura de ideas. A veces el problema no está en dar una información sino en que tan sensatos somos para recibirla, pues la gente suele ser necia (y hacer cosas poco recomendables como por ejemplo construir casas al lado de barrancos a pesar de las advertencias de deslave o acribillar a personas porque tenían apariencia de narcos).
A pesar de todo, este país autodestructivo está lleno de diversidad y genialidades. Y como se menciona en tu entrevista a Senel: hay que hacer activismo cultural.

El inquilino dijo...

Concuerdo con la necesidad de bajar los niveles de necedad en la gente, o diciéndolo más claro, de estupidez. Ser pobre y estar jodido (cosa que estamos muchos en este país) no te hace más idiota. Se nace idiota, o casi, todo se aprende, y seguro no, la tele educa. :)
Hay que activarse en muchas áreas, hay mucho trabajo por hacer y la cultura es un campo muy importante porque también puede ser un arma, como una 38.

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